El tronco del Eucaliptus tiene unos colores que contienen verdes, rojos, marrones, naranjas... Este tan denostado árbol nos ofrece ahora sus tonalidades interiores después de despojarse de sus vestiduras invernales. Está en plena floración y su aroma llega al suelo desde las alturas. También llega hasta nuestros oídos el zumbido de las innumerables abejas que van a visitarlas.
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