Pero hace unos años se ha iniciado la rehabilitación y nueva construcción de la obra inacabada. Los obreros han tapado los agujeros donde anidaban las aves y continuaron con las obras. Pero llegó la primavera y con ella los vencejos. A pesar de haber perdido sus lugares de anidación los vencejos no abandonaron la zona y parece que han encontrado nuevos recovecos... Al menos allí los veo cada mañana con sus vuelos rasantes alrededor del edificio. Un buen día la obra apareció cubierta de largos plásticos de arriba a abajo.
¿Un gigantesco espantapájaros? El viento acabó por deteriorarlos y éstos "adornan" al ladrillo...
Al amanecer un temprano contraluz nos deja estos colores...
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