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sábado, 18 de enero de 2020

Ruta de los Acantilados

La ruta discurre por los acantilados marinos del Puig de la Llorença donde podemos disfrutar de magníficas vistas. El comienzo del recorrido, de unos 2 kilómetros, se sitúa en la Cala Moraig, en el término de El Poble Nou de Benitatxell y termina en la Cala Llebeig.



Aquí podemos observar la Falla del Moraig, zona de especial interés geológico.


A lo largo del recorrido encontraremos diferentes cuevas- refugio construidas a finales del siglo XIX y principios del XX. Los usuarios ocasionales de estas cuevas eran pescadores y agricultores. También fueron utilizadas por contrabandistas que esperaban ocultos la llegada de laúdes o balandros cargados de tabaco, telas, etc. Las cuevas todavía conservan el nombre de sus propietarios: Cova de les Morretes, Cova Domingo L'Abiar, Cova Pepet del Morret, Cova del Morro del Bou, Cova Toni el Senyalat...



Estas cuevas fueron construidas con piedra seca y mortero. La Cova de les Morretes tiene varias estructuras: vivienda, horno para cocer pan y pesebre para los animales.




En la Cala Llebeig encontraremos un antiguo puesto de vigilancia de carabineros, desde donde controlaban el contrabando, utilizado hasta hace poco por la Guardia Civil.


Cala dels Testos. En la Cova dels Testos se ponían tiestos para recoger agua del goteo.


Morro Falquí y abajo la pequeña y hermosa Cala dels Testos.


Un precioso paseo, muy recomendable, entre los acantilados y el mar...

domingo, 9 de septiembre de 2018

La Leyenda del "Salto del gitano"




Uno de los lugares de obligatoria visita en el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres) es el Roquedo de Peña Falcón, conocido más popularmente como “el Salto del Gitano“.


Cierto día, en el siglo XIX, dos tratantes de ganado se dirigían desde Plasencia hasta Trujillo para vender en el mercado una cuadrilla de mulas y caballos, cuando se encontraban atravesando el actual Parque de Monfragüe comenzó a ponerse el sol y se vieron obligados a hacer noche en unos chozos situados junto a Villarreal de San Carlos. Durante la noche y mientras dormían, alguien desde la distancia los observaba. Era un robusto, bravo y sanguinario bandido de etnia gitana que desde la lejanía esperaba el momento oportuno para asaltarlos. Comenzó a amanecer y los comerciantes se pusieron en marcha, el bandolero gitano pensó que aquel era el momento y a punta de navaja los sorprendió apoderándose de la cuadrilla de mulas y caballos. Una versión de la leyenda cuenta que los tratantes fueron asesinados tras su encontronazo con el ladrón sin embargo otra interpretación habla de que nada más verle huyeron despavoridos. Sea como fuere, el caso es que el bandolero, una vez robó los animales, montó en una de las mulas atando el resto a remolque y comenzó a alejarse del lugar con premura.


Al poco tiempo topó con una pareja de guardias civiles que le dieron el alto. Al verlos rápidamente desmontó de la mula y huyó desesperadamente campo a través, los guardias fueron tras él. La persecución fue larga, escapó por la Sierra de las Corchuelas hasta que llegaron a un enorme roquedo sobre el río Tajo, la Peña Falcón. El malhechor se paró en el mismo precipicio del roquedo, miró hacia abajo y vio un enorme barranco, giró la cabeza hacia atrás y vio aproximarse a la Benemérita, se encontraba atrapado, pero sin pensárselo dos veces cogió carrerilla y saltó desde lo alto del roquedo. Milagrosamente de un salto consiguió cruzar el Tajo y aterrizar en la otra orilla sin apenas sufrir algunos rasguños. Los guardias observaron incrédulos el salto que había dado el bandolero y cuenta la leyenda que en ese mismo instante fruto de su asombro los guardias civiles quedaron petrificados.


Y es que como curiosidad geológica decir que en este roquedo una roca forma la imagen de lo que dicen es un guardia civil con su tricornio que mira hacia la gigantesca roca desde donde saltó el bandolero gitano.
(Foto tomada del blog: http://ciudad-dormida.blogspot.com/2011/04/la-leyenda-del-salto-del-gitano-parque.html )



Desde los miradores, a pie de la carretera que une las localidades de Torrejón el Rubio y Plasencia, el vuelo de los buitres leonados resulta incansable. Esta inmensa mole de cuarcita que se despeña sobre el río Tajo es como un gigantesco Arca de Noé. Aquí se refugian numerosas especies de aves que viven en las rocas y en sus cumbres.




domingo, 3 de diciembre de 2017

Paseo por la Sierra de Bernia


A pesar del fuerte viento y del frío (7 grados), un paseo por la Sierra de Bernia siempre es una experiencia muy agradable.


Las vistas desde este promontorio son espectaculares y un día de buena visibilidad como hoy se puede apreciar la isla de Ibiza.


Cap de Moraira


Serra del Montgó



Atravesar la sierra por el "Forat", toda una experiencia...




Espectacular la salida a la vertiente sur...



Mi campeona


Acentor refugiándose del viento.


Iniciamos la senda que recorre las paredes de la sierra, camino del "Fort".


Altea y Serra Gelada


En el horizonte tres sierras emblemáticas de Alicante: Puig Campana, Ponoig y Aitana.




En lo más alto la cima de Bernia y en primer plano restos de antiguos bancales...


El "Fort", construído por Felipe II hacia 1562 para paliar los ataques berberiscos, fue derruído años después vista la inutilidad de esta fotificación. Dado su emplazamiento, los soldados nunca llegaban a tiempo para defender a la población de dichas incursiones piratas...



Y llegó la hora de la comida y la charla distendida. Buscamos uno de los pocos lugares que nos protegían del frío y del fuerte viento. ¡Hasta hubo vino y licores!


Una jornada muy agradable, con amigos de hace años que no dejamos de hacer camino a pesar de que algunos estamos "tocados" de algún mal oseo-muscular... Esto rejuvenece, da energía..., ¡revitaliza!

lunes, 31 de julio de 2017

La Tejeda de Tosande

La Tejeda de Tosande es un mágico rincón del bosque, en el corazón de La Montaña Palentina, poblado por un abultado grupo de tejos muchas veces centenarios. (¡743 inventariados!)
¡Una gozada para los sentidos!


"A la hora de diseñar este sendero nos han asaltado las dudas. Es tan grande el valor biológico de este bosque que no hemos podido dejar de cuestionarnos la conveniencia de contribuir a atraer más visitantes de los apropiados para la conservación de este enclave..."



Robles, encinas, hayas, acebos, rebollos, helechos..., nos acompañan.


Ante nuestros ojos un paisaje idílico, cubierto de verdes praderas rodeadas por montañas y bosques. Es un lugar que invita a relajarse y disfrutar de la paz que nos rodea.


Las mariposas acompañan al caminante...





Afortunadas ellas que gozan de la paz y el sosiego en libertad cada día. Buen sitio para crecer...


"El paseo cambia de rumbo para encarar la subida por el hayedo que se ve hacia la izquierda. Por su interior discurre  el último kilómetro antes de alcanzar el rodal de tejos, al que se llega tras una dura remontada en la que prestan aliento los bancos de madera plantados a uno y otro lado del camino, acondicionado también con escalones para hacer más llevadero el tránsito por las empinadas laderas del bosque."





"El tejo es un árbol de por si escaso de forma natural. En la Montaña Palentina se encuentra disperso y es rara la ocasión en que se encuentran varios ejemplares juntos. Si ya es raro encontrar tejedas, más raro es todavía encontrar ejemplares con la talla y el porte de los tejos de Tosande, alguno de los cuales alcanzan diámetros de 1,5 m. Por todo ello esta tejeda está considerada como una reliquia de la era terciaria, una verdadera joya botánica merecedora de los esfuerzos y atenciones necesarios para su conservación."



"Y eso mientras sus troncos retorcidos y gruesos, hinchados como por una misteriosa fuerza interior, amenazan con atraparte en cualquier descuido, en prenderte por la espalda para lanzarte de rama en rama hasta encestar en el oscuro agujero que muchos de ellos tienen abierto en sus troncos. Porque los troncos del tejo, aunque esto no aparezca en la guías de botánica, ni en los paneles informativos que pespuntean la senda, guardan todos los secretos del mundo."


"Tal vez por eso un silencio sepulcral envuelve este rincón del bosque. Un silencio denso y pesado, como si una ley invisible y cruel impidiera aquí el canto de los pájaros, el vuelo de las moscas o hasta el susurro del viento. Tal vez este sea el aviso más evidente de que los tejos son árboles sagrados y su longevidad un hecho venerable que merece todo el respeto del mundo."





Mirador con buenas vistas a la Montaña Palentina.


Hayedo de bajada


Qué mejor regalo que gozar con el encuentro de un hermoso corzo... Nos miramos... Ella preguntándose por nuestras intenciones, yo admirada... y emocionada.
¡Una jornada muy especial!