miércoles, 25 de marzo de 2009

Ladrillo sin alma

Este cartel ya tiene unos añitos... Resultaba atractivo; hablaba de lujo, recordaba el edén, prometía privacidad y seguridad,... Parece por el cartel que se vería el mar (Diviso a lo lejos Sierra Helada y la Isla de Benidorm...). ¡Qué morro! ¡Si las 12 casas están en un hondo! (Puede que me equivoque y quizá las dos primeras de delante verán algo de azul...)
Ya hace meses que las obras se acabaron. No se ve por allí ni un alma, la piscina está sucia y sin agua, las pérgolas, dañadas por los vendavales pasados, el matorral va cubriendo los "jardines", carteles de "se vende" en alguna casa...

Y estas casitas no tienen pinta de ser de "protección oficial"... No me gustaría estar en el pellejo de los que picaron, si es que hubo alguno.

¡Cuántos proyectados hogares han quedado en esqueletos de ladrillo enhiesto!

Sin calor, sin amo, sin mimo... Y sin gatos, que ellos no van al desierto.

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