Transi, tú no duermes. La verdad es que ver amanecer parece que estrenas el día y lo inicias con otro ánimo, si eso se acompaña con unos bellos paisajes, entonces no hay mejores momentos. Un abrazo.
Sí duermo Valverde de Lucerna... Están las maravillosas siestas, el acostarse a una prudente hora... De veras, aquí merece la pena madrugar si desear pasear con cierta "alegría", pues el sol, ese maravilloso y manso sol del amanecer, se convierte en un terrible peso que sólo se remedia con la sombra o el agua... Sí que es cierto que el día que madrugo (y eso es antes de salir el sol), comienzo el día con otro ánimo. Gracias por estar y un abrazo!
Me encanta levantarme pronto para ver cómo amanece, ya sea en el pueblo, cuando el cielo está gris y el bosque neblinoso se despierta poco a poco, o en el mar, cuando las aguas parecen de oro.
Menudas fotos, reflejan bellamente el espíritu marinero del Mediterráneo. Me hacen recordar aquellos maravillosos versos: "En la ladera de un monte más alto que el horizonte, quiero tener buena vista. Mi cuerpo será camino, les daré verde a los pinos y amarillo a la genista".
Qué alegría me da leerte, gracias por tus comentarios. Eres muy amable, pero no es para tanto!
Guillermo..., eres genial y lo sabes! (Qué lástima no tuviera yo 18 años...) Precioso comentario, con la misma sensibilidad que pones en tus escritos... Pronto también será tu costa y tu mar y me huelo que pronto nos mostrarás alguno de sus tesoros. Ah, y que tengas buenísima entrada en la UA!!! Un abrazo.
6 comentarios:
De verdad que se me agotan los adjetivos. Bellísimas imágenes.
A mí no se me acabarán los agradecimientos mi fiel seguidor!
Gracias mil Trecce, me hace feliz que compartas conmigo este pequeño placer.
Un abrazo
Transi, tú no duermes. La verdad es que ver amanecer parece que estrenas el día y lo inicias con otro ánimo, si eso se acompaña con unos bellos paisajes, entonces no hay mejores momentos.
Un abrazo.
Sí duermo Valverde de Lucerna... Están las maravillosas siestas, el acostarse a una prudente hora... De veras, aquí merece la pena madrugar si desear pasear con cierta "alegría", pues el sol, ese maravilloso y manso sol del amanecer, se convierte en un terrible peso que sólo se remedia con la sombra o el agua...
Sí que es cierto que el día que madrugo (y eso es antes de salir el sol), comienzo el día con otro ánimo.
Gracias por estar y un abrazo!
Me encanta levantarme pronto para ver cómo amanece, ya sea en el pueblo, cuando el cielo está gris y el bosque neblinoso se despierta poco a poco, o en el mar, cuando las aguas parecen de oro.
Menudas fotos, reflejan bellamente el espíritu marinero del Mediterráneo. Me hacen recordar aquellos maravillosos versos: "En la ladera de un monte más alto que el horizonte, quiero tener buena vista. Mi cuerpo será camino, les daré verde a los pinos y amarillo a la genista".
Qué alegría me da leerte, gracias por tus comentarios. Eres muy amable, pero no es para tanto!
Un saludos.
Guillermo..., eres genial y lo sabes!
(Qué lástima no tuviera yo 18 años...)
Precioso comentario, con la misma sensibilidad que pones en tus escritos... Pronto también será tu costa y tu mar y me huelo que pronto nos mostrarás alguno de sus tesoros.
Ah, y que tengas buenísima entrada en la UA!!!
Un abrazo.
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