Dejamos el coche en el puerto de Confrides y nuestro objetivo era pasear por la Serrella y llegar "als Frares" de Quatretondeta. Ya en el primer collao vimos las nubes que venían del mar y rodeaban a la Sierra de Bernia. A mediodía comenzó a llover, pero seguimos nuestro camino, había que divisarlos al menos. A los frailes les hicimos la visita del médico, no paró de llover ya hasta que casi 2 horas después retornábamos al punto de partida. A pesar de llevar buena ropa nos empapamos de agua y barro en los pies, Xiki ofrecía la pobre un aspecto lamentable. Una mantica que precavida llevé y mi dulce abrazo, la envolvió en el camino de regreso. La chimenea de los papás de Fernando hizo el resto. ¡Qué agradable secarse al calor del hogar!
A pesar de este día gris no apto para la fotografía, en esta vista al sureste (al fondo a la dcha. Altea) se observa claramente el Pantà de Guadalest (entre la Xortà i Aitana) y los pueblos, Beniardà, Benimantell, (Castell de) Guadalest y al fondo Callosa de'n Sarrià.
En primer plano la Serrella, al fondo a la izda, la Xortà y detrás Bèrnia; a la derecha la más alta, la Sierra de Aitana (1558 m.).
"Fernando en África"
"La Font Roja, als peus del Barranc dels Cirers"
"Pequeño duende sobre cojines de pastor vigila el camino al grupo de frailes"
"Inmensos canchales"
"Caminando por el pedregal interminable"
"Hojas de otoño para mullir las duras piedras"
"Les penyes dels Frares de Quatretondeta"
"Els Frares baix la pluja"
"Quatretondeta"
"Retorno sin pausa"
(Habrá que volver otro día con mejor tiempo y recorrer los rincones de esta formación curiosa, de este grupo pétreo sugeridor de leyendas y bellas fotografías.)
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