Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para
serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo,
cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y
en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte.
Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas.
Aquellos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas para defenderse.
Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia,
y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya.
Camilo José Cela, "La familia de Pascual Duarte"
2 comentarios:
Me sonaba este texto, pero no terminaba de localizarlo hasta que leí el final. Así fue Pascual Duarte y así terminó.
Buen texo para reflexionar.
Un abrazo.
Hola Valverde!
Desde hace años este breve texto es uno de mis preferidos. Y cuan verdad recoge, tú y yo lo sabemos... "De tal palo, tal astilla"... Es tan importante donde caes a este mundo!
Un abrazote compañero!
Publicar un comentario