La Sierra de la Culebra que se extiende desde cerca de
Puebla de Sanabria hasta el río Esla, acoge, a sus pies, a Villardeciervos, una
localidad zamorana de menos de 500 habitantes. Declarado conjunto
histórico-artístico, este pueblo constituye un bello ejemplo de la arquitectura
rural de La Carballeda. Sus ricas construcciones son de piedra de sillería en su mayoría, con
cerramientos en maderas nobles y tejados en la anaranjada teja tradicional.
Villardeciervos fue importante centro distribuidor de toda
clase de materiales y alimentos procedentes de Portugal. Ello generó a lo largo
del pasado siglo y principios de éste, una economía boyante a la que, por el
contrario, fueron ajenos otros municipios de la zona.
Lo que realmente define el desarrollo de Villardeciervos fue
su contrabando desde 1850. Lugar de fronteras, adquiere riquezas comerciando
con tabaco que bajaba de Santander, ropa de algodón, sal... El contrabando fue fuente
de grandes fortunas.
"En Villardeciervos, algunas familias tenían dinero y eso les
otorgaba poder en plaza y poder político y económico, no solo en Villardeciervos,
sino también en Madrid. Hablamos del Clan de los Cervatos como
estos grupos familiares que vivieron y sacaron sus ganancias del contrabando,
que tenían la mejor red de distribución que haya existido en toda España. Ese
clan sacaba provecho para ellos pero también para el pueblo. Se dedicaron a
construir casas, que eran verdaderas fortalezas por fuera y por dentro. De
entre todos los personajes cervatos, destaca Rafael Romero, un mecenas
extraordinario. De su altruismo con el pueblo surgieron las escuelas con
sus muebles y biblioteca, el salón de baile, la fuente de la Plaza, el altar de
Santo Antonio, el reloj de la torre, además de dotar de alcantarillado al
pueblo."
Hasta los años cuarenta del siglo pasado, cualquier
infección de origen bacteriano podía acabar con una persona. Una simple herida
podía complicarse y matar en unos días.
La penicilina era más
valiosa que el oro y, por ello, era objeto de deseo y de contrabando. 1.250 dólares de la época por cada ampolla (1944). Era conseguida de estraperlo o
contrabando. La medicina procedía de
EEUU y Gran Bretaña y entraba por Portugal, Gibraltar... , a Galicia, Zamora...
Una de estas localidades fue Villardeciervos.
En la película británica de 1949 "El tercer hombre", ocupa un puesto importante el contrabando de
penicicilina en la Europa de posguerra. Esas escenas oscuras en un ambiente
opresivo no distaban mucho de lo que se vivía en España.
Otra película, "Mercado prohibido", trata el tema
del contrabando y venta abusiva de antibióticos. El jefe de una banda de traficantes
se ve obligado a implorar entre todos aquellos que engañó y traicionó muchas
veces, unos gramos de la droga que salvará a su hijo. Un empresario supuestamente modélico, en
realidad se dedica al contrabando de penicilina, para lo cual emplea su almacén
frigorífico en el que conservar el producto, el mismo espacio en que se
almacenaba el pescado, negocio que esta organización criminal utilizaba como
tapadera...
Y como siempre, donde hubo, algo queda... Es un bonito pueblo por el que merece la pena pasear y disfrutar con sus magníficas construcciones de piedra y sus espléndidos espacios naturales.